Ritualidades

El lavatorio de pies

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Comunidades autónomas

Castilla y León

Provincias

Burgos

Comarcas

Odra-Pisuerga

Localidades

Itero del Castillo. Hospital de Puente Fitero

Denominación

Lavatorio

Fechas

Todo el año. Desde la Edad Media hasta hoy
Descripción

El lavatorio de pies al peregrino es un claro ejemplo de práctica ceremonial que trasciende el marco litúrgico para convertirse en rito identitatio para la comunidad jacobea, representando una especie de comunión entre el peregrino y el hospitalero que lo acoge.

En el ámbito monástico era frecuente la recepción de los peregrinos con el lavatorio de pies, medida que, además de higiénica, emula el mandatum, gesto de humildad, caridad y servicio instituido por el propio Cristo al lavar los pies de sus discípulos durante la Última Cena, cuando refiere: Si ergo ego lavi pedes vestros, Dominus et Magister, et vos debetis alter alterius lavare pedes. Exemplum enim dedi vobis, ut quemadmodum ego feci vobis, ita et vos faciatis, esto es, “Si yo, pues, os he lavado los pies, siendo vuestro Señor y Maestro, también habéis de lavaros los pies unos a otros. Porque yo os he dado el ejemplo, para que vosotros hagáis también como yo he hecho” (Juan 13, 14-15). Termina el pasaje con el mandatum dilectionis, en el que Jesús instituye el mandamiento nuevo: Mandatum novum do vobis ut diligatis invicem, sicut dilexi vos, ut et vos diligatis invicem In hoc cognoscent omnes quia discipuli mei estis, si delectionem habueritis ad invicem, es decir, “un precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así también amaos mutuamente. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si tenéis amor unos para con otros” (Juan 13, 34-35). En los claustros monásticos, incluso, se conoce como panda del mandatum a la galería situada en paralelo a la iglesia -por lo general, la Norte-, donde en las celebraciones de los sábados se procedía al mandatum fratrum, es decir, el lavatorio a los monjes, y, en las celebraciones del Jueves Santo, al mandatum hospitem, esto es, a los huéspedes, principalmente los más necesitados. Asimilado por la liturgia hispana y la romana, el ritual se reproduce desde época temprana en las iglesias y catedrales como colofón de las funciones litúrgicas del Jueves Santo, con el lavatorio de los pies a doce -o trece- subordinados o pobres por parte del obispo o párroco. El capítulo XXXV de la Regla de San Benito establece que será los sábados cuando el semanero de cocina procederá al lavatorio de los pies de la comunidad. Disposiciones análogas estipulan la Regula Monachorum de San Isidoro -aunque únicamente respecto a los huéspedes que fuesen monjes- la de Santiago de Altopascio (cap. LXXXII y LXXXIV), etc.

La práctica de la recepción del peregrino con el lavatorio de pies -como gesto ritual y medida higiénica- se documenta en numerosos hospitales en época medieval y moderna. Por ejemplo, a principios del siglo XIII, el “Poema (o Ritmo) de Roncesvalles” -contenido en el códice denominado Pretiosa– afirma que In hac domo pauperum pedes abluuntur, Barbe cum rasoriis eis auferuntur, Lauatis capitibus capilli tolluntur; Non est parum dicere ea que sequuntur, esto es, “en esta casa se lava los pies a los pobres, se les afeita la barba con navaja, se les lava la cabeza, se les corta el pelo. Sería largo el referir todas las atenciones que allí se dispensan”. Varias ordenanzas de establecimientos asistenciales se hacen eco de este ritual, así las del Hospital Real de Santiago de Compostela de 1524, o las del de San Juan de Oviedo, de 1586. A la misma alude, también, la bella leyenda que refiere cómo doña Estefanía reconoció a su marido, el conde Ponce de Minerva, mientras le lavaba los pies en el monasterio de Santa María de Carrizo, por ella fundado durante el cautiverio de su esposo en el Norte de África, tras el cual emprendió el noble la peregrinación a Compostela.

El rito no es exclusivo de la hospitalidad jacobea, y consta su práctica en hospitales sitos en rutas de peregrinaciones locales, caso del hospital del monte Cincopernas, al servicio de los fieles que se dirigían al monasterio coruñés de San Juan de Caaveiro, del que dependía.

Caída en desuso desde el siglo XVIII, esta tradición fue recuperada y hoy se mantiene en un sentido casi literal en unos pocos enclaves jacobeos. Así, junto a su bendición, en la misa del peregrino que desde 2003 se celebra en la parroquia de Saint-Georges de Lascabanes (Lot, Francia), sobre la via Podensis a Compostela. O, en suelo hispano, en el hospital para peregrinos hoy instalado en la antigua iglesia parroquial de San Nicolás, único vestigio del despoblado de Puente Fitero, aún habitado a fines del siglo XVI como “barrio de la Puente” de Itero del Castillo (Burgos). A principios del siglo XVIII, ya sin feligreses, la iglesia se convirtió en ermita, quedando abandonada y arruinándose progresivamente. En una visita pastoral de 1711 se refleja la carencia de cubierta, que se manda componer, y así consta que se hizo en 1721. En el siglo XX la ruina volvió a adueñarse del edificio, hasta que en 1994 se hizo cargo del mismo la Confraternita di San Jacopo di Compostela de Perugia (http://www.confraternitadisanjacopo.it/), quien lo restauró y convirtió en hospital de peregrinos, manteniendo la denominación histórica. Habitualmente abierto entre los meses de junio y octubre, cuenta con doce plazas, practica la acogida cristiana tradicional y es uno de los albergues más icónicos de la ruta jacobea, incluyendo entre su ritual el lavatorio con aguamanil, secado con lienzo y beso de los pies a los peregrinos por los hospitaleros.

Como una especie de variante “laica” del lavatorio de pies podemos interpretar el interesante programa de formación práctica para estudiantes de fisioterapia que, desde hace unos años, se desarrolla en una serie de albergues del Camino Francés en la provincia de León. Fruto del convenio de colaboración suscrito entre la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga y Comarca -más tarde extendido a otras instituciones-, desde el año 2002 y durante los meses de verano, alumnos de dicha Universidad realizan sus prácticas de Podología (y desde 2015, de Fisioterapia) en albergues de peregrinos de Astorga, Villadangos del Páramo, Hospital de Órbigo y Ponferrada. La interacción entre dichos alumnos y los peregrinos, en cierta medida, y salvadas las evidentemente distintas motivaciones, muestra gestos comunes con el mandatum hospites antes referido.

Anexos

Reglas monásticas

“Poema de Roncesvalles” (s. XIII)

Diversas Ordenanzas de hospitales

Imágenes del rito, ver Contacto

Jacopo Caucci von Saucken

Confraternita di San Jacopo di Compostela de Perugia [jacopo.caucci@libero.it]

VÁZQUEZ DE PARGA, Luis, LACARRA, José María y URÍA RIÚ, Juan, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, CSIC, Madrid, t. I, 1948, pp. 318-322.

José Manuel Rodríguez Montañés [jmrmleon@gmail.com]

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