El Reinado es un ritual (con expresiones vocales, instrumentales, y danzas) fuertemente arraigado en la memoria de Hacinas, que se mantuvo en activo por los mozos y mozas del pueblo hasta 1952. Se consiguió recuperar, en 1993 de manera intermitente, y se ha logrado consolidar en 2016, cambiado de tiempo y partiéndolo en dos bloques, los fines de semana anterior y posterior al 15 de agosto con evidentes cambios en la secuencia ritual: el primer sábado, después de la cena se procede a las rondas y al día siguiente la elección de la reina, y el segundo fin de semana se realiza el baile de la bandera, por la reina y el rey con las invitaciones mutuas entre los nombrados.

Antes de la recuperación y la adaptación de los tiempos, la secuencia del ritual era la siguiente:

El día 24 de diciembre, si la celebración anunciada en San Andrés se mantenía, se daba un pasacalles al anochecer. Era el comienzo de la celebración del Reinado. El rey tenía como misión presidir todos los actos; el virrey asistía al rey en todo lo que necesite; y el abanderado llevaba y cuidaba la bandera en los actos y momentos en que esta se utiliza.

El mismo día 24 de diciembre, alrededor de las nueve de la noche, los mozos del Reinado se distribuían en grupos de dos o tres cada uno e iban por todas las puertas de las casas habitadas y en cada una de ellas cantaban una entradilla, una canción y una despedida. Esta intervención en cada caso empezaba y terminaba con el ¡Jijiji! grito en dos impulsos a modo de relincho. La misma ronda de canciones por todas las casas se daba el día 25, Navidad; el día 31 de diciembre, el 1 de enero, así como el 5 y 6, víspera y festividad de los Reyes, respectivamente.

El día de Navidad, 25 de diciembre, los componentes del Reinado se reunían al toque de misa. Solían llevar como distintivo un pañuelo al cuello y el rey y el virrey, sombrero y entraban en la iglesia con la bandera que portaba el abanderado. Al salir la moza prevista, o la improvisada en su caso, el rey que tenía el sombrero puesto, se lo quitaba cortésmente y se lo colocaba en la cabeza a la elegida reina. 

El día de Reyes, último día del Reinado, después del baile de la «Seña» o bandera, por parte del rey y la reina a ritmo de jota, tenía lugar la carrera de garrochas. 

En relación a la parte musical cinco melodías dan soporte a seis letras que cubren los diferentes momentos y circunstancias. Una de ellas, llamada en Hacinas «entradillas», son en realidad «villancicos glosados», y según la lingüista Marguit Frenk, son los únicos villancicos glosados vivos que se creían desaparecidos desde 1903, cuando se interpretaron por última vez en Marmelete, pequeño pueblo del Algarve portugués. 

En 1953 García Matos recogió varias coplas del Reinado con tres melodías diferentes, entre ellas para las mozas, los recién casados, la Pascua, el Año Nuevo, los Reyes, los Nobles Caballeros, los Santos Inocentes, las mozas, el señor alcalde, el rey, la reina y el señor cura.

Algunos de los ejemplos son:

Santas y buenas entrada
tengan señores de Pascua
santas y buenas entradas
del bendito nacimiento
tengan señores de Pascua
con alegría y contento
con alegría y contento
santas y buenas entradas
del bendito Rey del alto
tengan señores de Pascua
con alegría y descanso
santas y buenas entradas
tengan señores de Pascua.