Cuando llega el mes de mayo, Almonaster la Real y algunas de sus aldeas (Aguafría, las Veredas y Calabazares), celebran la fiesta de las Cruces. A diferencia de otras localidades, esta celebración es vivida durante todo el año, aunque realmente los preparativos de la misma comienzan cuando finaliza la Semana Santa.

Desde entonces se suceden los encuentros y reuniones en las que se comparten vivencias y se gestiona la fiesta que está por venir. En Almonaster la Real, estos procesos se duplican debido a que la población se divide entre la Cruz de la Fuente y la Cruz del Llano. Aunque ambas hermandades repiten las secuencias rituales, cada una tiene un horario distinto.

Este sistema de mitades simbólicas define un contexto ritual de enorme complejidad y donde los matices marcan las diferencias, invisibles a primera vista. La música vinculada con estas fiestas, es un ejemplo de ello.

Coplas y fandangos, aunque interpretados por ambas cruces y en contextos rituales similares contienen diferencias que ahondan en la riqueza y diversidad de estas expresiones culturales.

A diferencia de otras localidades de la provincia de Huelva, en Almonaster la Real, los fandangos son acompañados, musicalmente hablando, por la gaita y el tamboril (interpretado por un tamborilero), y las panderetas tocadas por mujeres. Junto a la música destacan las letras que son también entonadas por las mujeres y que, en el caso de los fandangos de pique, suelen cambiar cada año, aunque algunas se suelen repetir y forman parte del repertorio habitual de cada cruz.

Junto al importante papel que juega la música en esta celebración primaveral, debemos subrayar el protagonismo de las mujeres en la fiesta, y no solamente porque dan voz y tocan las panderetas, sino porque son las encargadas de dar vida a este interesante y complejo proceso ritual. Una prueba de esto último es el relevante papel que tiene la mayordoma como figura que representa a cada una de las cruces.

Los contextos en los cuales se interpretan los fandangos son durante el mes de las flores (abril), el domingo de chubarba, la tarde de las flores, la noche de los pinos (fandangos de pique) por poner algunos ejemplos. La otra expresión musical que adquiere protagonismo en estas fiestas son las coplas del romero, un canto encaminado a señalar las virtudes de cada cruz.

Coplas, fandangos, panderetas, gaita y tamboril, serranas y mayordomas, conforman un entramado cultural que nos invita a conocer los contextos rituales que hacen de Almonaster la Real y sus aldeas un escenario vivo, lleno de riqueza y diversidad, de pasado y futuro.