La festividad del Corpus, quizás se una de las celebraciones más extendidas por toda la geografía del estado español. En algunas poblaciones como Cumbres Mayores, esta fiesta ha seguido manteniendo el jueves como el día principal.

Al igual que sucede unos meses antes con la romería en honor a la Virgen de la Esperanza, en el Corpus también participa un grupo de danza en los principales actos de esta festividad. Como ha ocurrido con el grupo de la Esperanza, la continuidad de esta danza ha estado estrechamente relacionada con la participación de los niños en los distintos contextos rituales, aunque hace unos años hemos asistido a la recuperación del grupo de adultos.

La danza adquiere su máximo protagonismo en la procesión del Corpus aunque también participan en las vísperas y en la Octava del Corpus (el domingo siguiente). El día principal es el jueves de Corpus. Por la mañana  el grupo se reúne en la plaza de España y desde allí se dirigen a recoger a los mayordomos para acompañarlos hasta la parroquia.

Finalizada la misa tiene lugar la procesión. Como sucede en otras poblaciones, es en el recorrido por las calles, cuando la danza y danzantes adquieren un mayor protagonismo ritual; haciendo gala de su habilidad y esfuerzo, al ir danzando la mayor parte del trayecto. En teoría deben danzar durante todo el recorrido, pero van a descansar de manera intermitente, sobre todo en espacios abiertos como plazas.

En todo el trayecto predomina el sonido de los palillos de los danzantes y de los dos tamborileros que les acompañan y que tratan de marcar, relativamente, con su gaita y tamboril el ritmo de la danza; mientras que apenas sí se deja oír la música romera de dos tamborileros de cabeza y los pasodobles de la banda de música.  

La danza, como sucede en otros ejemplos de la provincia de Huelva, depende por completo de la hermandad, que es quien costea las vestimentas y palillos, y se hace responsable de organizar a los danzantes y de enseñar a los nuevos grupos. 

Para pertenecer al grupo de danza del Corpus, no es necesario ser miembro de la hermandad del Santísimo, aunque si deben cumplir algunos requisitos como ser varón. El grupo suele estar formado por diez danzantes y siempre deben ser un número par. Dentro del grupo destacan la figura del “guión” que es quien coordina y dirige, y el “contraguión” que ayuda al primero. Estrechamente relacionado con la danza esta el tamborilero, pieza clave y que tiene un protagonismo tanto en los momentos rituales como en los ensayos y preparación de la danza. Cuando existía grupo de mayores no se realizaban ensayos regulares o procesos de aprendizaje formales.

La indumentaria de este grupo esta compuesta por zapatillas de esparto, medias blancas de punto adornadas con cintas de colores (el guión y el contraguión las lleva de color amarillo, y el resto rojas), pantalón a media pierna, camisa blanca, el jubón y el sombrero de ala ancha negro. Completan el traje un fajín (con diferente color según el papel del danzante en el grupo, como sucede con las cintas), y los palillos o castañuelas.

La recuperación del grupo de adultos en las últimas décadas y la cada vez mayor participación de vecinos que quieren participar en la danza, han motivado que su continuidad, al menos por el momento, este asegurada. Asimismo su inscripción como Actividad Etnológica en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz de esta danza, y otros aspectos como el papel jugado desde el ayuntamiento, han permitido activar procesos encaminados a su salvaguarda.