La solidaridad dentro del pueblo gitano, para el propio pueblo gitano, podría tener una fundamentación coyuntural histórica en la que se relatase que, para asegurar la supervivencia de la comunidad, los gitanos se ayudaban entre sí con el fin de: saciar el hambre, pagar a un matasanos, huir de la Guardia Civil, compartir techo…

Pos esa perrica era pa comer dos u tres casas. Se compartía. Porque el agüelo hasta hace poco l’ha estau haciendo. Aquí vendía un macho y lo repartía pa los tres o cuatro hijos. Mi padrecico. Pero ¿ahora? Ahora no. Sí… y había más respeto. Y ibas a buscar por los cubos a ver si encontrabas algo que valía pa comer, lo repartías con la gente. Pero ahora no. Pero bueno… Mujer n. 1948. Torre los Negros (Jiloca)

Sí, sí, pa todo, cae uno enfermo y ya están ahí todos de cabeza. O estás un día que no tienes diez euros y llamas a cualquiera «¿me puedes…?» y te dejan tranquilamente sin devolver. Mujer n. 1974 (Jaca)

De este modo, encontramos el lado más enternecedor, si desde ese prisma se quiere observar, de las consecuencias de la persecución y el escarnio al que el pueblo gitano ha sido sometido. Un pueblo, en su origen, nómada que hizo gala de su desapego a lo material por medio de la compartición de los escasos recursos a su alcance, viéndose envuelto en una lucha enzarzada con la unidad como bandera.

La unidad familiar, que hemos estao siempre muy unidos, que siempre han estao a ayudar pa lo bueno y pa lo malo, y cosas así. Mujer n. 1974 (Jaca)

Es común encontrarse con personas gitanas icónicas o famosas por su bondad y hospitalidad, hechos que contribuyen a la forja de su posición futura como gitano o gitana de respeto en potencia.

Ella se paraba a esperarte a hablar, a ver qué tal estabais, cómo estaba la familia, es que preguntaba por todos. «¿T’hace falta algo?» O a lo mejor íbamos a la gravera, que ella vivía en el barrio San Jorge, íbamos allí y ella pasabas por su puerta… «entra, entra, ven, ¿qué quieres? Mirar». Nos abría la nevera, «cogeros lo que os apetezca», cualquier cosa. Era muy buena gitana. Sí, por la bondad, era muy buena gitana y cualquier cosica que te pasaba ella ahí estaba la primera. Te caía alguno enfermo al hospital y ella allí al pie del cañón día y noche. Mujer n. 1974 (Jaca)

TRASMISIÓN

La transmisión de este elemento es oral, y depende de cada familia el primar la inculcación de la solidaridad o no. No existe ningún elemento que predisponga al gitano a ser solidario, más bien existen elementos como la necesidad que tienen como consecuencia la unidad de las personas que en la misma situación se hallan. Tampoco es ninguna característica de alguna costumbre concreta sino que nos seguimos jactando de la solidaridad presente años atrás e intentamos hacerlo un pilar base de la cultura gitana cuando la realidad es que la solidaridad no viene influida por la condición de cada cual (sexo, género, religión, etnia, preferencia sexual…); hacer inducciones de ese tipo sería demasiado atrevido.

VALOR

La hospitalidad y la solidaridad son vividas por el gitano como valores básicos fundamentados en su cultura, los cuales hoy están amenazados por la influencia de la sociedad consumista, la cual crea en el gitano necesidades fuera de su alcance, rechazando su aprendizaje social y cultural. (MARÍN, 1987: 65)

Y muchas veces venían muchos gitanos [a casa], éramos los únicos que teníamos un teléfono… Entonces caro, ese teléfono era… nacional, lo tenían to’los gitanos de Aragón y cuando había aquí gitanos que por ejemplo venían a la temporada llamaban: ”oye co, pues dile a este que a tal hora…” Y teníamos que ir de recaderos a buscarlos: ”que te llamarán a las 7”. Que venían a casa para hablar por teléfono, ese servicio lo estuvimos dando durante muchos años. Venían muchos gitanos y paraban p’aquí alrededor, pues venían los chiquillos o las chicas a por agua, las bestias a darles agua, tenían bestias todos. Y luego pues el teléfono, va uno: ”oye, dile que a tal hora estará fulano, que te llamará tu hermano a tal hora”. Venían a casa y otros desde casa pues llamaban a otro lao. Hombre n. 1958. Casetas (Zatagoza)

ANTIGÜEDAD Y CONTINUIDAD

Se remarca la grandiosidad de la solidaridad en tiempos pasados en los que se expone al pueblo gitano como homogéneo y entremezclado, independientemente de la familia a la que perteneciera cada individuo.

Nos cuenta Consolación, «La Borracha»:

«Antes el pueblo gitano era muy solidario, si había alguien enfermo todos estaban allí, si alguien fallecía hacían una hoguera y estaban todos juntos bebiendo café hasta que se celebraba el entierro. (PROFESORADO CPEPA JACETANIA, 2010: 35).

Es que yo creo que eso está en el gitano. Creo que no hace falta que sea conocido porque… igual que la viña del Señor hay de todo, yo pienso que el gitano se comparece mu pronto cuando ve alguien que hay necesitau… Y en el barrio o donde sea, cuando ves una persona que está necesitada enseguidamente se colabora, se ayuda o se llega a un acuerdo. Enseguidamente. Hombre n. 1977 (Jaca)

La solidaridad es un valor intrínseco de la Humanidad y, por tanto, podríamos datar su aparición a la altura del surgimiento de las sociedades primitivas. Destacable sí es la forma en que los gitanos más mayores se pronuncian acerca de determinados elementos del patrimonio inmaterial de su pueblo, lamentándose del cambio a peor que se ha producido con el paso del tiempo.

Sí, pero muchas veces por ejemplo lo que se hacía era pues, cuando tenía que ir un gitano al médico y económicamente no se lo permitían, entonces los gitanos en eso eran muy solidarios y entre todos ponían dineros pa ir al médico, para comprar medicinas. Eso lo hacían los gitanos, sí, siempre ha sido solidario y siempre se han ayudao en ese tema… antes, ahora no. Hombre n. 1958. Casetas (Zaragoza)

SALVAGUARDA

La salvaguarda de este valor no requiere de herramientas públicas ya que, más bien, constituye un elemento independiente de las culturas, a pesar de que fuese un pilar fundamental durante un tiempo de gran necesidad del pueblo gitano. De tal modo, se considera una característica ligada a la independencia de las personas y los preceptos imperantes que ellas mismas deciden que guíen sus vidas.