Comunidad Gitana

La cestería

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Descripción

Uno de los oficios tradicionales de los gitanos en Aragón ha sido la cestería, la realización de recipientes (canastos) principalmente con mimbre y sarga, palabra aragonesa para denominar a las ramas de algunos sauces. Estos canastos podían ser de distinta naturaleza dependiendo del uso que se les fuese a dar y de los materiales con los que se contaban.

“Con mimbre se hacían roscaderos para la paja, cuévanos, espuertas terreras y canastos. Estas piezas de trabajo había que hacerlas con material fuerte. El material fino, sarga pelada y emblanquecida, se empleaba para canastillos, planchadores, roperos, cestas, canastas para el pan, etc.” (NIETO, DUART Y BORJA, 1979: 67)

La cestería no solo abarca la elaboración de los canastos en sí, sino también la recogida y preparación del material. Una primera diferencia era entre la verga que se criaba silvestre junto a los ríos y se cortaba durante los meses de verano, y la mimbre, que se cultiva en el huerto y se podaba y recogía en enero.

En la recogida y preparación del material no era extraño que participase toda la familia, mientras que de la elaboración de los cestos las encargadas principalmente eran las mujeres y las personas mayores. Después, el producto ya elaborado era vendido o trocado por alimentos por las mujeres.

[…] mi padre la cortaba, eso sí que lo recuerdo, la traía a casa y le ayudábamos a pelarla con una especie de estropajo que él nos hacía para que no nos hiciéramos daño en las manos porque si no, te hacías sangre. […] Y después las sacaba cuando ya estaba un poquico más húmeda, digamos, moldeable, [y mi padre] hacía las cestas. Mujer n. 1970 en Ricla

Se iba al río, cortaba vareta y hacia cestos y mandaban a las mujeres, porque ellos no eran bien recibidos, entonces mandaban a las mujeres y cambiaban esos canastos, esas cestas por algo de alimentos para su familia. Hombre n. 1941

“La verga la recogían los hombres y los niños. El trabajo de elaboración de las cestas lo realizaban fundamentalmente las mujeres y las personas mayores de la familia. Pero siempre eran las mujeres las que iban a ofrecerlas por las casas a cambio de comida y ropa.” (PROFESORADO CPEPA JACETANIA, 2010: 89)

Tras recoger el material se somete a un proceso de preparación, dependiendo del trabajo que se quiera realizar. Se pelaba con un “pelador” fabricado con un trozo de verga doblado por la mitad con el cual se frotan las varillas para pelarlas. Tras haber pelado todo el material el mismo día de su recogida, se deja secar por unos días. Luego, a la hora de fabricar los utensilios, se ponían a remojo las varillas para hacerlas más moldeables. Una vez que el material está listo para trabajar se procede a la elaboración de los cestos tejiendo la mimbre, usando para el armazón las piezas mas gruesas y para el cuerpo las más largas. La forma concreta de tejer varía en función del uso que se le vaya a dar a la pieza, de manera que si se necesita que sea más resistente o que tenga una gran capacidad se le pueden hacer asas, tapas y poner ornamentos varios.

“El montaje del armazón se realiza con varas gruesas y resistentes, mientras que el cuerpo se confecciona con huiras largas, derechas y sin nudos.” (PROFESORADO CPEPA JACETANIA, 2010: 91)

Una vez tejida la pieza de varillas peladas, se procedía al proceso del blanqueo mediante la aplicación del mismo azufre que servía para sulfatar las viñas. Las piezas de verga sin pelar no se blanqueaban y solían ser de carácter menos delicado.

La venta de las canastas se solía hacer puerta a puerta en los pueblos, normalmente trocándolas por comida u otros enseres necesarios para los gitanos aunque también había casos en los que se hacían cestas por encargo.

Las hacíamos y se vendían por pueblos. La cambiabas por patatas u por un trozo de pan, un trozo tocino o te daban en aquellos años una perra gorda o media perrica o lo que fuese y con eso íbamos viviendo. Mujer n. 1948. Torre los Negros (Jiloca)

Era mi madre la que se encargaba de venderlas y nosotros le ayudábamos a llevarlas en este caso. Se ponían en el brazo colgadas, porque casi siempre tenían asa, o cesta o caracoleras o… cualquier cosa que le encargaban, que a veces era por encargo, otras no. Y íbamos pues eso, a llevar los encargos por el pueblo siempre andando y si no, de puerta en puerta íbamos llamando y casi siempre llegábamos a casa sin ninguna cesta y con algo de dinero, o cosas porque a veces, en vez de dinero, le daban pues a lo mejor patatas o fruta o otras cosas que tenían de sus propias cosechas, cosas así. Siempre se cambiaban por algo si no. Mujer n. en 1970 en Ricla

TRASMISIÓN

La transmisión es fundamentalmente oral y experiencial, las personas mayores enseñan a los mas jóvenes las técnicas que ellos aprendieron de sus mayores; técnicas que los nuevos canasteros irán perfeccionando con el paso del tiempo.

VALOR

Los gitanos españoles, y los aragoneses, han dado mucha importancia a la cestería teniendo como expresión común la de “ser gitano canastero” como sinónimo de ser muy gitano. Se ha asimilado, de alguna manera, la idea de hacer canastas a la idea de ser gitano.

ANTIGÜEDAD Y CONTINUIDAD

Entre los gitanos se dice que “se ha hecho de siempre” pero no se tienen pruebas escritas ni materiales de la antigüedad de esta práctica en el pueblo gitano.

La llegada de la industrialización, los nuevos materiales y los nuevos medios de transporte han hecho que hoy día el uso de cestas artesanales (como otros elementos hechos a mano) sea algo anecdótico. En la actualidad son pocos los que saben hacer canastos, normalmente personas mayores que lo hacen más por afición o costumbre que por necesidad. Existen algunos individuos más jóvenes que han querido aprender por intentar “que no se pierda”

SALVAGUARDA

Desde el asociacionismo gitano no son pocos los cursos que se han impartido para transmitir la cestería a las nuevas generaciones, siendo personas mayores de la propia comunidad los encargados de facilitar el material y el conocimiento necesarios para ello. Se podría, quizá, colaborar en su salvaguarda fomentando estos cursos, de manera que se les facilite a estos maestros materiales, lugares donde impartir las clases etc. También se pueden llevar a cabo exposiciones, dar espacios en ferias de artesanía a los gitanos canasteros y, en definitiva, difundir este oficio desde las administraciones y organizaciones encargadas de preservar actividades artesanales.

Anexos

DÍAZ, Luis Miguel; RIVAS, Félix A.; RODRÍGUEZ, Daniel y RODRÍGUEZ, José Francisco. Patrimonio inmaterial del pueblo gitano en dos ciudades aragonesas vinculadas al camino de Santiago: Zaragoza y Jaca. Madrid, Acción Cultural Española, 2022 (estudio inédito).

NIETO, Antonio; DUART, José y BORJA, César Miguel. Gitanos de Aragón. Zaragoza, edición de los autores, 1979.

PROFESORADO CPEPA JACETANIA. Dron, dron caló. Camino, camino gitano. Barrio San Jorge, Jaca. Jaca, CPEPA Jacetania, 2010.

RIVAS, Félix A. Nos llamaban La Isla. Cerveruela en el recuerdo a través de los testimonios de sus propios habitantes. Cerveruela, Ayuntamiento de Cerveruela y Asociación La Chaminera que humea, 2021.

SÁNCHEZ SANZ, Mª Elisa. Cestería tradicional aragonesa y oficios afines. Zaragoza, Gobierno de Aragón, 1994.

Santos Baso. Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca.

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