Tradición oral

Brindo

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Galicia

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Lugo

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Localidades

Louzarela-Pedrafita do Cebreiro

Denominación

Brindo
Birindo
loia
aloia
Descripción
01 Lupe Blanco e Alba Maria regueifando en Caldebarcos

Los brindos o loias son una de las manifestaciones que existen del repentismo gallego. Galicia tenía y tiene un arraigado gusto por la poesía improvisada, que se muestra en formato cantado en la mayoría de las ocasiones. Ese repentismo, que a lo largo del siglo XX tuvo presencia en tabernas y a finales de ese siglo en los escenarios, tiene orígenes en los ritos nupciales. Al igual que la “regueifa” de la provincia de A Coruña, los brindos del este de la provincia de Lugo estaban incardinados en uno de los episodios que componían una antigua boda rural. En este aspecto el parentesco con las “regueifas” es notorio y es probable que tengan un origen común. El rito surgía tras el banquete nupcial ofrecido a los invitados al enlace. Por la tarde se acercaba la vecindad de la localidad, los que no estaban convidados a la boda. En ese momento lo que buscaban era una participación en la fiesta, dicha participación giraba alrededor de “a rosca da madriña” o rosca de la madrina, bollo de pan ofrecido por la madrina de la boda. Este elemento es un paralelo con las citadas “regueifas” y tiene conexión con ritos nupciales de Asturias, León, Palencia o Zamora.

La entrega de la citada rosca se antecedía de un combate de versos improvisados, denominados brindos en el entorno de la localidad de Louzarela (Pedrafita do Cebreiro), lugar de origen de Antonio Río Montero, fallecido en 2020, pieza clave de la supervivencia del rito y de su paso a un nuevo estadio, incardinado en la vida y sociedad actual.

Esos brindos nupciales del este lucense también tuvieron lugar en las tabernas y en los trabajos comunales.

Los brindos suelen estar compuestos por versos octosílabos agrupados en cuartetas, tercetos o estrofas de cinco versos.

Desde el último tercio del siglo XX, Antonio Río Montero, apodado “O Ribeira de Louzarela”, trasladó esta costumbre, de la que era uno de los último representantes, a los escenarios, participando en certámenes de repentistas gallegos, tanto en su entorno lucense como en el resto de Galicia. También llevó el brindo a la televisión, por lo que esta figura ha sido clave en la adaptación y supervivencia de esta manifestación a la sociedad actual.

En la tradición existieron brindeiros o loístas tanto masculinos como femeninos. En el momento actual también existe la participación de ambos géneros.

El repentismo gallego sigue manteniendo su vitalidad, con personas jóvenes que han aprendido de Antonio Río y otros brindeiros de tradición, por ejemplo Kike Estévez, coautor de un libro que recoge el saber hacer de “O Ribeira de Louzarela”, pero en cuanto a su presencia viva en el territorio donde nació esta manifestación, casi ha desaparecido con la muerte de Antonio Río Montero, quedando solo algunas personas muy ancianas que sepan este arte, siendo casi imposible verlos en acción. La gente joven que conoce los códigos del brindo suelen pertenecer a la nueva hornada de repentistas gallegos, más bien incardinados en el mundo de la regueifa (A Coruña), aunque un porcentaje de ellos manejan el modo lucense. Estos nuevos brindeiros actúan en eventos y jornadas culturales específicas. En el radio de acción de Pedrafita do Cebreiro destaca el fiandón organizado por Xosé Lois Foxo en la comarca del Caurel.

Anexos

– Estévez, K. y Bernárdez P.: O Ribeira de Louzarela. Brindador da dentro. A Central Folque. Santiago de Compostela, 2019.

A Central Folque: 651 074 897

info@folque.com

David Álvarez Cárcamo davidguisatecha@yahoo.es

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