El respeto a los mayores es uno de los atributos más ensalzados y considerados idiosincráticos por el pueblo gitano. No es de otra forma esperable ya que todas las grandes configuraciones de autoridad tienden a estar relacionadas con la figura del padre de la casa o del patriarca de la familia.

Ahora bien, existe una clara escisión entre el género masculino y femenino en lo que a respeto a las figuras ancianas se refiere. Las ancianas no reciben el mismo trato que los ancianos, una cuestión que se entiende si analizamos el entramado jerárquico dentro del pueblo gitano. Aún así, el hecho de que existe un respeto desmesurado hacia los ancianos es innegable.

En la familia gitana y dentro del mundo gitano, el respeto a los viejos es ya como un don que nos nace como una herencia a través de generaciones. El anciano, por el hecho solamente de haber vivido una vida llena de agitación, con todas sus consecuencias de “arrastros” (penalidades), miserias y una lucha continua contra la naturaleza y contra el desprecio del mundo, merece sumo respeto y admiración. Porque estos ancianos son el espejo para reflejarnos nosotros mismos, ya que seguimos las mismas huellas que han ido dejando a través de los tiempos.

Aparte, son dignos de respeto por los consejos que dan a los jóvenes cuando surge algún compromiso. Los ancianos evitan que las cosas lleguen a mayores compromisos. Las palabras de los viejos son escuchadas como cosas sagradas. Los viejos, para el clan, son como el timón de la embarcación, ya que ellos dirigen y dan el rumbo de las casas. Donde hay casas de jóvenes sin viejos, vienen a ser cual una embarcación a la deriva. Cuando un joven le pierde los respetos a un viejo, todos los demás sienten indignación ante él. (MARÍN, 1987: 63)

Alguna vez he oído decir que los payos nos han acusado de tratar mal a los viejos e incluso que han dicho a ver qué hacíamos nosotros con los mayores, pues se velan pocos gitanos viejos, insinuando alguna cosa mala. Esa es la mayor injuria que pueden hacernos y no sé cómo se atreven a decirlo cuando han tenido que hacer ellos asilos para encerrarlos, porque les molestan. Para nosotros, un anciano es algo tan sagrado como la misma vida. (MARÍN, 1987: 64)

Al igual que los rituales de matrimonio y el duelo pueden considerarse elementos únicos, dada su peculiaridad, del pueblo gitano, existen ciertos valores que no deben ser únicamente atribuidos a determinados sectores de la población. Esto es, que los gitanos generalmente cuiden y respeten a sus mayores no implica que todas las familias lo hagan, ni tampoco que los payos desatiendan a los suyos.

Creo que los valores como tal que nos han atribuido durante muchos años al gitano, como puede ser el respeto a los mayores, y algún otro más, no son solamente nuestros, creo que también los tiene la sociedad mayoritaria. Mujer n. 1970. Garrapinillos (Zaragoza)

Se puede vislumbrar cómo la figura del padre resalta por encima del resto de los componentes del núcleo familiar.

Mi padre, recuerdo que cuando venía a comer había como una especie de jerarquía en este sentido. Siempre teníamos que correr a ponerle la mesa, o sea, el tenedor, la cuchara, siempre tenía su cuchara y su tenedor distinguido para él. Siempre mi madre… si no estaba, no, si estaba en alguna feria o algo, no, pero si estaba siempre le echaba el primero a él. Siempre, por ejemplo, cuando se iba a dormir, o ya ella creía que iba a dormir en poco rato, se iba a acostar, pues tenía que ir ella, luego cuando ya éramos nosotras más grandes, pues nosotras, a abrirle la cama, le dejábamos la cama abierta. Mujer n. 1970. Garrapinillos (Zaragoza)

Es necesario explicar que no es la edad la que otorga el respeto sino el cómo la persona de avanzada edad ha llegado a la misma. Esto es, goza de un buen testimonio ya que sus acciones lo respaldan como persona de respeto.

Si tú has sido una persona que cuando ha habido un problema has intentado que la gente en vez de pegarse, hable. Si cuando alguien ha tenido un problema de dinero, has dado dinero. Si cuando alguien ha tenido un problema de amoríos, has conseguido aconsejar bien… En ese momento te vas creando tu pequeña reputación de persona de respeto, y es a raíz de esos pequeños logros que, al final, consigues por así decirlo ese papel de hombre de respeto o mujer de respeto. Mujer n. 1985 (Zaragoza)

TRASMISIÓN

En cuanto a la transmisión podemos hablar de oralidad pura y de la figura de, entre otros miembros de la familia, la mujer (hermana mayor, madre, abuela…) como agente transmisor de tal valor.

Siempre valores muy enfocados a la unión familiar, tanto el cuidado de los más débiles, como ancianos y niños, ha recaído mucho siempre sobre la mujer gitana y, entonces, se ha potenciado este rol de cuidadora. Tanto a nivel afectivo, como a nivel cultural, la mujer tiene un papel muy importante, entonces, yo, como hermana mayor y como primera hija de mis padres, pues bueno se esperaba de mí que yo ejerciera un poco el papel de directriz de cómo iban a salir el resto de mis hermanos, entonces pusieron mucho énfasis en que se respetara mucho a los mayores. Mujer n. 1985 (Zaragoza)

También es el padre quien rubrica estas enseñanzas y se vale de castigos para hacerlas cumplir.

Siempre me enseñó mi padre que a las personas mayores hay que respetarlas con mucha educación. Y yo era lo que yo vía en mi casa. Cuando venía un hombre que tenía el pelo blanco, pues enseguidamente, la gente se levantaba y le prestaba su silla. Hombre n. 1977 (Jaca)

Y el respeto. Antiguamente vías un gitano asentau en un sor. Que fuera con gayata que no andaba, ibas a ese gitano y decías «Buenos días, buenas tardes. ¿Quiere algo tío?» O iba un gitano y te riñía u te levantaba la mano porque era de edá (chasca la lengua en señal de negación), y no replicabas palabra. Se echaban p’alante y ahi se quedaban. Mujer n. 1948. Torre los Negros (Jiloca)

VALOR

Para la comunidad gitana este valor constituye uno de los primordiales a cumplir ya que su no realización, o el defecto en la misma, puede ser considerado como un hecho punible por la propia jurisprudencia gitana. Un buen ejemplo para explicarlo podría ser el siguiente. A la hora de pasar a pedir a un mozo o una moza, si alguno de los dos tienen, o han tenido, un comportamiento inadecuado con los ancianos la respectiva familia podrá declinar la petición sin que ello suponga ningún escándalo, rubricando así el señalamiento negativo hacia el o la joven en cuestión.

ANTIGÜEDAD Y CONTINUIDAD

A pesar de no conocerse su fecha de comienzo ni su antigüedad aproximada, ya que es un valor vigente prácticamente desde la formación de las sociedades, sí que es interesante resaltar que es una de las costumbres que con mayor impasibilidad ha soportado el paso de los años. Dicho de otro modo, su forma permanece intacta a pesar de que se haya adaptado al característico desenfado y livianez de las juventudes.

Antes estaba en nosotros inculcao la educación y el respeto, y lo que decían los viejos, digámoslo así entre comillas, lo que dicían ellos s’hacía, estaba bien, estaba mal. Era su palabra, y esa palabra había que cumplirla. Hombre n. 1977 (Jaca)

SALVAGUARDA

Siendo nula la maniobra de salvaguarda de este valor, tampoco se considera necesaria la implementación de algún tipo de herramienta ya que, el ofrecimiento de respeto, en este caso a los mayores, depende en gran medida de la familia que lo imponga. No es un elemento que esté, por decirlo de algún modo, en peligro de extinción ya que no choca con los valores de la sociedad mayoritaria, pudiendo ser fácilmente preservado.