Acogida tradicional

Usos de acogida: regalos

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Denominación

Regalos (usos de acogida)

Fechas

1970 hasta 2020.
Estación: todas.
Descripción
Regalos camino de Santiago

A lo largo del Camino de Santiago español, desde su inicio hasta el final, es común encontrar la práctica del don, de la oferta de una dádiva como símbolo de acogida al peregrino. El hecho de que muchos regalos no sean a cambio de ningún donativo refleja el propósito desinteresado del oferente. Su único objetivo es favorecer con un detalle simbólico el trayecto de la persona que realiza su peregrinaje, ayudando espiritualmente a conseguir su meta.

Es una práctica que rara vez recibe publicidad, lo que refleja el interés por establecer un vínculo afectivo de agradecimiento y acogida al peregrino visitante por parte del oferente (el local, el vecino, el voluntario). Suelen relacionarse de modo directo con el Camino de Santiago por ser elementos devocionales (cruces y colgantes) o vinculados a las necesidades y símbolos del camino (calabazas, palos de avellano en Azqueta), así como a comida que se ofrece de forma desinteresada.

Este uso con los peregrinos se remonta a los orígenes religiosos medievales del Camino de Santiago, a las ofertas realizadas al santo y a las prácticas simbólicas que pretendían agasajar a los peregrinos, a los grandes señores o a los mismos santos, favoreciendo así la gracia divina.

Históricamente encontramos dos usos principales del regalo. El más humilde es el cotidiano, el concepto de regalo que se hace al acoger al peregrino o enfermo, que encontramos en diversas expresiones en la obra de Parga, Lacarra y Uría. Recogiendo el trato a los peregrinos en el hospital de Roncesvalles en el siglo XVII (1663), se refieren al regalo del fuego que da calor a los peregrinos, o al trato y acogida:

Tiene (el hospital) destinados muchos sacerdotes; uno, para darles la limosna y comida cotidianas a los pobres sanos, y a los enfermos todo el regalo necesario; otro sacerdote, para administrarles los santos sacramentos; y otro que cuyde de la ropa, camas y limpieza de dicho hospital, en que, por esta razón, se gasta mucho. (T. III p. 79).

Igualmente, “el regalo” remite a la capacidad de entrega para ayudar a su sanación: “A los enfermos se les asiste con todo el regalo y medicinas necesarias a disposición del médico, sin limitación alguna” (…) “asistiéndoles con puchero de ave y carnero, y lo demás que se hallare de regalo y el médico ordenare” (T. III, p. 82-83).

Por otro lado, están los grandes regalos u ofrendas devocionales vinculadas directamente al culto del Santo. Así, el arca que custodió el considerado «cuerpo de Santiago», pues “había sido trasladado a una lujosa arca, obra de orfebrería, en forma de iglesia gótica, regalo del duque de Berry y de Jean de Cardaillac” en 1385 (Vázquez de Parga, T.I, p. 547). También, Luis XI de Francia en 1483 regaló a la iglesia del apóstol Santiago dos grandes campanas para mostrar su «singular devoción», que según Laffi tuvieron que dejar de tocar, porque con su “estrépito las mujeres embarazadas daban a luz prematuramente” (Vázquez de Parga, T.I, p. 101), comentario que tal vez remita de forma simbólica a lo expansivo de la ofrenda. Respecto a esos elementos de culto que iban a disfrutar los fieles, era común que las cofradías regalasen objetos religiosos a los templos del camino, como las propias vidrieras reflejando el “deseo de éstas de perpetuar el recuerdo de la representación del misterio” (Vázquez de Parga, T.I, p. 581). 

Respecto a los regalos físicos hechos propiamente a los peregrinos, se registran hacia diferentes jerarquías sociales. Como cuando en 1361 “El infante Don Luis, lugarteniente del Rey de Navarra”, entregó en Pamplona una capa y varios “gobelet” o copas labradas, como “regalos a algunos peregrinos de Santiago que fueron a visitarle” (Vázquez, Lacarra, y Ríu, T.III, p. 28). Algunos de esos regalos se llevaban hasta el final del camino en sentido simbólico, de la vida, como el bordón “de latón dorado y labrado con conchas de Santiago” que “regaló el arzobispo de Santiago a la santa reina Isabel de Portugal, cuando estuvo en Compostela en peregrinación, y con el que fué enterrada”, como se supo cuando el bordón “se encontró al abrir su tumba en 1612” (Vázquez de Parga, T.I, p. 127). 

El haber recibido regalos se recordaba en los momentos de felicidad como el experimentado en el Monte del Gozo, cuando los peregrinos se contaban entre sí sus alegrías en el camino:

“otro explicaba los mejores hospitales ; otros , los mejores mandatos ; otro relataba las extraordinarias limosnas o loaba los caballeros y prelados que le habían dado algo” […] “Dezia otro de lo que devotas le habían dado; el uno mostraba la camisa, el otro el lienzo, el otro el jubón, el otro la capa” (Lacarra y cía T. II, p. 352).

Esas prácticas del don se han mantenido hasta hoy a lo largo del camino de Santiago como forma de recepción graciosa a los peregrinos, siendo un modo de perpetuar la buena acogida. 

Tales presentes pueden ser símbolos religiosos, vinculados a la idea de compartir una devoción. De forma casual y desinteresada, hay un vecino que ofrece medallitas de una “Virgen Milagrosa” en Rabé de las Calzadas, Burgos (RMA). Es común que el peregrino acepte y agradezca el regalo sin ofrecer nada a cambio. Son diversas las referencias en los libros de bitácora del camino de Santiago donde se ofrecen cosas a los peregrinos.

Otros regalos pueden ser directamente alusivos a la vivencia del camino. En Azqueta, a 7 Km. de Estella (Navarra), una “minúscula aldea de medio centenar de habitantes se ha hecho célebre entre los caminantes por Pablito el Varero, un personaje de los que, a lo largo del camino abundan”, quien “ofrece al caminante calabazas, varas de avellano que él mismo corta y pule, y pone su propio sello en las credenciales” (J. M. Somavilla, p. 39), además de enseñarles a usar el bordón, diciendo: [la vara] “!hay que moverla a cuatro pasos una vez sólo!” (La Voz de Galicia).

También hemos de sumar los regalos realizados por las asociaciones del camino y que se van relacionando con la renovación de los símbolos. Por ejemplo, la flecha amarilla realizada en papel maché entregada en Corubión (Galicia) por unos hospitaleros de la Asociación Gallega del Camino de Santiago, contando con que se entregará el tradicional donativo por el hospedaje y el regalo se entiende como dádiva a parte, como una forma de acogida.

Manteniendo esa tradición antigua del regalo al peregrino, es común ofrecer comida o bebida, lo que enlaza directamente con la tradición de apoyar a quien realiza el largo camino. El espíritu de acogida se refleja constantemente en lugares donde se ofrecen alimentos. Estas prácticas ya se registran desde la antigüedad, cuando los monjes dejaban comida en zócalos concretos, como “dos alacenas donde los monjes dejaban comida para los peregrinos” en las actuales ruinas del convento de San Antón (Castrojeriz) (J. M. Somavilla, p. 62- 63). 

En la actualidad se sigue ofreciendo comida al peregrino. Algunos vecinos dan muestras de hospitalidad regalando comida: uvas, ciruelas, manzanas, “lo que produzca cada cual” (RMA). Es normal entre vecinos, propietarios de campos cultivados o árboles frutales, incluso personas que viven de modo eremita, ofrecer comida y bebida al caminante. Puede ser como presente para que se consuma allí mismo o lleve, a veces se invita al peregrino a recolectarlo, y en ocasiones se sugiere dejar la voluntad a quien pueda darla. Algunos mensajes revelan el mantenimiento de la tradición de apoyo al peregrino. Agapito Trigal, en San Miguel del Camino (León), deja cajas de fruta con un cartel donde dice: “No vivo del Camino sino para el Camino”; sale a saludar, sugiere que se coja la fruta que se quiera, y da una tarjeta donde dice: “Agapito Trigal López un amigo del camino y del peregrino, te desea mucha suerte en el camino” (RMA). A la salida del mismo pueblo de San Miguel del Camino se repiten esas prácticas dadivosas, donde unas señoras también ofrecían ciruelas de sus árboles, diciendo “entrad, coged todas las que queráis” (RMA). Respecto a la bebida, y enlazando con las antiguas costumbres, “es obligado detenerse ante la Fuente del Vino y cumplir con el rito de beber un vaso de buen garnacha rosado con el que Boegas Irache obsequia al peregrino” (J. M. Somavilla, p. 39).

A la vista de la historia y de los usos del presente, reflexionando sobre el patrimonio inmaterial reflejado en las formas la acogida, es posible concluir que la antigua hospitalidad altruista y los símbolos del don hayan pasado a ser depositados desde la iglesia a los vecinos y personajes locales. 

Por último, hay peregrinos que también toman los regalos de la naturaleza al final del camino a modo de recuerdo. Por ejemplo, Hanny Max, que hizo parte del camino en 1965 con el movimiento pan-europeo Pax Cristi, en una de las ocasiones en que lo volvió a hacer en 2010, cuando ya habían llegado al fin del Camino, en Cabo Turriñán, estaban contemplando la Virgen de la Barca “mientras Hanny buscaba conchas para sus nietos” (RMA, 2012, Corcubión, Finisterre). Esa práctica de llevar piedras del mar o conchas se registra incluso entre diferentes culturas como forma de transmitir el afecto vinculado a la memoria del lugar.

Anexos

Alcaraz Martínez, Antonio , Misterios del Camino de Santiago, 2014 

Blanco Vila, Luis , “Las trazas del camino”, El Camino de Santiago, Luis Blanco Vila (Coord.), Madrid, Ed. Complutense, Cursos de Verano de El Escorial 93-94, 1996, 9-14. 

Covarrubias Orozco, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Melchor Sánchez, 1674, voz: regalo.

Entrevistas realizadas por MZM a Rosa Montes Allén (peregrina 1965-2021): julio -agosto 2021. Cuadernos de viaje y cita de entrevista oral (8 agosto 2021, 20h, MZM a RMA: “un señor del pueblo” dió sendas medallas con vírgenes milagrosas a Rosa Montes y a la peregrina Felipa Casado Gregoris); En Corubión, Galicia, “nos hicieron la cena, nos hicieron el desayuno, y además nos regalaron esto, y nos dijeron –Ahí, en esa hucha, dejáis lo que queráis – o sea, no te cobraban más que la voluntad” (RMA-MZM, 10/08/2021)

Exposición: José Tono Martínez, Carteles para un camino. 100 años de ilustración jacobea, Madrid, BNE, 2001.

Somavilla, José Manuel , Guía del Camino de Santiago a pie, Madrid, Tutor, 2016 (reed. 1999).

Vázquez de Parga, Luis , en: Luis Vázquez de Parga, José M. Lacarra, Juan Uría Ríu, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, Madrid, Tip. Blass, 1949, T. I.

Vázquez de Parga, Luis y José M. Lacarra, Juan Uría Ríu, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, Madrid, Tip. Blass, 1949, T. II y III.

Fotografías de la medalla de la Virgen Milagrosa: 2 cm alto x 1 cm ancho.

Vídeo de Pablito el Varero recordando su experiencia del camino y regalando calabazas y bordones , explicando su uso: Pablito de Azqueta, La voz de Galicia [YouTube], 26/06/2013 https://www.youtube.com/watch?v=uh-VGuMPC7A 

Rosa Montes Allén ; Manolo Lamazares.

Agapito Trigal, San Miguel del Camino (León): mail agapitotrigal@gmail.com ; y teléfono 699 758 129 ; fijo: 987 303 281.

María Zozaya-Montes mzozayam@yahoo.es

Usos de acogida: regalos

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